María Fernanda Carpenter, alumna del 6.o semestre de Derecho realizó una estancia de voluntariado en las oficinas de la organización humanitaria Ubuntu en Holanda. Nos comparte su experiencia.
La fundación Ubuntu Mundo, intenta mostrar al mundo que realmente hay muchas mentes brillantes y hermosos corazones, que no solo son ellos, sino que es una comunidad más grande. Ubuntu Mundo, se encuentra en Sudáfrica, establecida como un comedor que alimenta aproximadamente a ciento cincuenta niños que se encuentran en estado de vulnerabilidad. Los fundadores, Roland Oosterhout Bravo y Cecilya Bravo Oosterhout, a través de pláticas comparten su experiencia, esto con la finalidad de tocar los corazones de los oyentes y así ir provocando un cambio constante.
En Sudáfrica, como en muchos otros países, se vive bajo problemas de inseguridad y pobreza que se consideran originarios del país, y se culpa al gobierno por ello; por supuesto que esa actitud es razonable; sin embargo, debería considerarse como un problema de la humanidad. Los niños, quienes son el futuro del mundo, se encuentran en un estado de impotencia, teniendo altos problemas de desnutrición. Solo fomentando sus posibilidades para desarrollarse sanamente y tener una vida larga, este flagelo podrá reducirse considerablemente.
El principal objetivo es satisfacer las necesidades primarias de los niños: la salud, nutrición y educación. Los niños entran en programa de nutrición, siendo este el canal para atacar el problema de salud y ayudar a aumentar su rendimiento escolar. Sin embargo, el objetivo de Ubuntu no es únicamente satisfacer dichas necesidades primarias, este se expande a proporcionar a los niños las herramientas necesarias para que sus sueños y metas puedan lograrse, se trabaja a partir de diversas actividades, las cuales son realizadas en un programa implementado después de la escuela. Se crea un entorno en el que los niños entienden que tienen la capacidad de lograr absolutamente todo lo que se propongan; no se busca cambiar la cultura de la comunidad sino enseñar a los niños que pueden tener sueños y que son alcanzables. Para Ubuntu todos los niños del mundo son especiales y únicos, todos tienen grandes sueños que cumplir, por lo que deben tener las mismas oportunidades para poder alcanzarlos y así poder vivir dignamente.
La filosofía de Ubuntu se basa en su significado, el cual es “Yo soy, porque nosotros somos“, es precisamente lo que se busca compartir con el mundo, que todos formen parte de esta hermosa filosofía, con la que es posible lograr un cambio, empezando por uno mismo y después esparcirlo con el entorno.
El ser humano por naturaleza es un ser social, necesita convivir con otras personas para desarrollarse, pero esta convivencia va más allá de algo banal, algo superficial, algo que no llena; es precisamente lo que muestra Ubuntu con su filosofía, que yo soy porque nosotros somos, que él es porque nosotros somos, que ella es porque nosotros somos. Apoyándonos, cuidándonos mutuamente, siendo solidarios y teniendo empatía con los demás se puede lograr un entorno mejor, y por lo tanto un mundo mejor.