Dr. Ruy R. Gabarrón Hernández
Director de la Maestría en Administración Pública
Estado de Derecho significa respeto al imperio de la ley, cultura de la legalidad y combate a la corrupción: nada, ni nadie, puede estar por encima de la ley. La cultura de la legalidad es un valor social, institucional, y de gobernanza. Es un principio de civilidad. Las sociedades respetan este principio en distintos niveles de importancia, tiene que ver con la forma en la que piensan las personas en una sociedad, en un país. Esa forma de pensar cambia en el tiempo y el espacio, influyen –en esos valores– la historia del país, las instituciones, el desarrollo económico-social, la educación, y otros aspectos.
Todos los países cambian, es un proceso dinámico no lineal: avanzan, retroceden o se detienen en su desarrollo. La sociedad es dinámica, también sus instituciones. Se trata de un proceso social. La organización político-social es la forma en la que las personas institucionalizan sus valores (religión, gobierno, asociaciones civiles, familia, etcétera). La historia universal describe ese proceso: el proceso humano de institucionalización de sus valores, de su lenguaje compartido en cómo conducirse frente a su entorno.
El valor del respeto a la ley (Rule of law) nace en Inglaterra. Cuna del parlamentarismo y de la revolución industrial. Lugar donde tiene origen la diferencia entre ley y legislación. La ley era la ley de la deidad (“representados en la tierra” por reyes, faraones, y monarcas) que justificaron su posición por su relación con un poder más alto, era la ley por encima del hombre (y la mujer). La legislación nace mucho después. Nace con el nacimiento del Estado Nación en el Siglo XVII y su consolidación en el XVIII. Cuando la regla monárquica cae frente a la población (realmente era la clase burguesa) representada por la guillotina francesa, y la Independencia de las Trece Colonias de Norteamérica. En este momento histórico… ¿quién expediría las leyes del nuevo orden social?: las personas, el pueblo. La nueva era dice que el pueblo se regula así mismo (después representado en los principios de soberanía y de autodeterminación de los pueblos). Es la búsqueda natural de la libertad y la igualdad del ser humano. Los ingleses eran tan disciplinados en el ejercicio de su religión que con el tiempo también respetaron a la legislación de los hombres. Tanto una como otra compartían valores similares: no matarás, no robarás, no amarás a la mujer del prójimo, no violarás, etcétera. El origen del respeto a la ley (normas de conducta) es religioso. La ley es la representación de valores compartidos para que una sociedad funcione mejor, para generar cohesión social y cooperación, además de evitar la violencia. Los intereses particulares, religiosos, e institucionales también jugaron su papel.
El politólogo Francis Fukuyama sugiere que el ser humano tiende -naturalmente- a generar leyes (normas de conducta) y a respetarlas para sobrevivir a su entorno, somos seres gregarios que requerimos de convivencia: normas. Esas normas las institucionalizamos y con el tiempo creamos al Estado Nación y su Gobierno. Las formas de gobierno obedecen al cambio de valores. Las formas económicas también. La economía responde a la forma de organización para sobrevivir aprovechando los recursos energéticos.
Cuando las sociedades crecen, se hacen numéricamente complejas, las normas de conducta evolucionan. Es lo que hoy se conoce como las teorías de la modernización y el desarrollo. Cuando los grupos humanos eran numéricamente pequeños, la autoridad no requería ser piramidal, por ejemplo las sociedades de recolectores cazadores. Pero conforme las sociedades son más amplias, la jerarquía es necesaria. El historiador Ian Morris sugiere que en la medida en la que nos hacemos de la energía necesaria para sobrevivir es la forma en la que nos organizamos políticamente: recolectores cazadores (sin jerarquías), agricultores (líderes en estructura piramidal) y explotadores de hidrocarburos (organización piramidal amplia y variada). Ahora las energías renovables nos hacen preguntarnos ¿qué sigue? Hoy día el Estado Nación es muy criticado, cada vez es más grande, consume más recursos y presta sus servicios menos eficientemente. Fukuyama sugiere que la explicación de nuestra organización política se encuentra en nuestra biología, Corning propone que un nuevo contrato social debe ser basado en nuestra supervivencia. Creo que nuestra organización política, social, y económica obedece -biológicamente- a nuestra supervivencia como especie. Necesitamos normas para acordar qué debe hacer cada quien y cómo.
El respeto a la ley es un principio que procura la convivencia social humana. El valor del imperio de la ley se ha institucionalizado a través de los siglos en sistemas de impartición de justicia. Aquellos países más desarrollados lo han hecho mejor. Sirven de ejemplo a otros. Aun cuando el ser humano es propenso a crear y respetar leyes no es fácil generar instituciones que defiendan esos valores. Creamos instituciones que representan nuestros valores, pero los valores cambian y las instituciones no, es lo que Amartya Sen llama “institucionalismo trascendental”. Las instituciones son longevas, tradicionalistas; la sociedad avanza a un ritmo diferente, más rápido. Ahí es donde chocan las expectativas sociales frente a lo que ofrece el Gobierno (el Poder institucionalizado). Esa brecha es la definición de la relación entre Poder y ciudadanía, se trata de un déficit democrático. Según Giovanni Sartori, la historia del Derecho es la historia de la regulación del poder.
Actualmente, el valor del respeto a la ley es compartido por muchos países. Es entendido que imponer normas es adecuado para vivir en sociedad. Robinson Crusoe (de Daniel Defoe) dejó claro que las normas de conducta son necesarias para convivir entre dos personas -pero también entre varios millones. Las normas representan valores de la comunidad. Aquellos que no las respetan son sancionados (cárcel, multas, desprecio social, expulsión del grupo, encarcelación, o pena de muerte, entre otras).
Hoy día, el valor del respeto a la ley es más fuerte en el mundo, se representa en tratados internacionales, organismos internacionales, declaraciones como la de Naciones Unidas sobre La Importancia del Estado de Derecho a Nivel Internacional y Nacional, también en la temática de los derechos humanos y conductas sociales que evitan la violencia para resolver conflictos. El valor de “respetar la ley” es más fuerte porque da certeza a las personas sobre el futuro: podemos firmar un acuerdo o un contrato que en caso de no ser cumplido la autoridad lo hará cumplir. Las instituciones han ido representando este valor en normas, organismos, y educación, pero es un proceso lento.
La gobernanza es la forma institucionalizada del Poder para procurar el bienestar de la gente. Bajo la “escuela francesa” (nacida en la Revolución Francesa de 1789), todo poder público debe cumplir una tarea social: atender a las personas. Es el principio moderno más importante en la gobernanza. Cualquier ente público que no cumpla la regla se deslegitima. La regla profunda de la democracia liberal es que el Poder debe respetar los valores sociales, cuidar de la dignidad de las personas. La decisión de la mayoría no siempre es lo más justo, relega y abusa de las minorías, la democracia debe ser entendida como la inclusión de todos para la organización social, no es fácil, no es rápido, pero es la forma más adecuada hasta el momento. El respeto a la ley (democráticamente emanada) es la mejor forma de organizarnos. Hoy, nace un orden mundial y social diferente, escuchar las exigencias y expectativas de las personas es importante, de eso depende el futuro, de eso depende nuestra supervivencia en sociedad, de lo contrario, el camino de la exigencia ciudadana podría ser la violencia. La razón debe anteponerse a la naturaleza. Quizá la razón es la forma de trascender a las leyes de la biología. Quizá el futuro de la organización social, económica y política, depende de conocer nuestra naturaleza y no de nuestra política entendida como la concentración del poder sino la de entender que todos debemos cooperar para lograr una sociedad mejor.