No hay duda de que, al pensar en nuestros difuntos, afloran recuerdos de lo vivido y en muchas ocasiones nostalgia por ya no tenerlos aquí. Sin embargo, si la nostalgia llega cuando estás cerca de amigos, la tristeza se convierte en una sonrisa de agradecimiento al recordar a todos esos seres maravillosos que han formado parte de nuestra historia. De ahí surge la “Fiesta de los vivos”, un momento donde la comunidad universitaria se congrega para compartir la alegría y el entusiasmo por la vida.
“Las penas con pan son buenas”, dice un conocido refrán, y si es pan de muerto acompañado de una taza de chocolate caliente, mucho mejor. Una de las noches más divertidas del año, donde las compañías de baile y teatro acompañadas por el Ensamble Anáhuac, dejaron en claro el gran talento de nuestros estudiantes. Así, con baile, música y actuación, logramos disfrutar de un paseo por la historia de México, destacando la presencia de la muerte en nuestra cultura, desde la época prehispánica hasta la actualidad.
Por supuesto, el divertido concurso de disfraces no podía faltar y al ritmo de las melodías de moda, los jóvenes lograron demostrar sus habilidades artísticas para llevarse el primer premio de este concurso tan esperado. Así se recuerda a los difuntos en la comunidad universitaria, con una sonrisa en el rostro y agradeciendo que seguimos más vivos que nunca.