Lucero Alejandra De Alba Peña, Derecho 2007. Jueza de Distrito adscrita al Tercer Tribunal Laboral Federal de Asuntos Individuales en el Estado de Tlaxcala, sede Tlaxcala. “Triste época la nuestra. Es más fácil desintegrar un átomo que superar un prejuicio”.
Con una Maestría en Derecho Constitucional y Amparo, y un Doctorado en Derecho con la tesis “Lineamientos para Juzgar con Perspectiva de Género en la Materia Laboral en México“, la Dra. Lucero De Alba se ha desempeñado en el Poder Judicial de la Federación desde hace 15 años, siendo ejemplo de perseverancia, dedicación y crecimiento profesional.
¿A qué se dedica actualmente?
A partir de noviembre inicié como Jueza de Distrito en Materia de Trabajo en asuntos individuales. Mi labor es recibir a las personas que tienen algún problema legal con su patrón o trabajador. Es muy interesante, porque en ese momento debemos revisar sus pretensiones y darle vista a la parte demandada, tomando en cuenta ambas versiones y viendo todas las pruebas. México ya está transitando a la oralidad y una vez que ya escuchamos ambas partes, vamos a la etapa oral, en donde entramos a la sala de audiencias. Ahí es cuando escuchando a todas las partes, vemos las pruebas que ofrecen y determinamos qué pruebas se aceptan y cuáles no, teniendo una audiencia de juicio, pues cada uno tiene sus testigos y a través de diferentes preguntas, logramos tener una conclusión.
Abordamos temas desde pensiones, asistencias médicas, riesgo de trabajo, vivienda, sueldos, prestaciones, vacaciones, días de descanso, etc.; pareciera que es un tema pequeño, pero es inmenso y muy interesante. Ahora con este nuevo sistema oral, considero que este rubro va a lograr reposicionarse y las personas van a entender la importancia de sus derechos laborales.
¿Cómo ha sido su experiencia profesional?
Con apoyo del Dr. Ruy Rodríguez-Gabarrón, Coordinador de la Escuela de Derecho, realicé mi servicio social en el Observatorio Veracruzano de Derechos Humanos y fue ahí donde empecé a involucrarme en el tema, decidiendo que me enfocaría en la materia de amparo; ese fue mi primer contacto con los Derechos Humanos y fue gracias a la Universidad Anáhuac Veracruz.
Al egresar, entré al Poder Judicial en materia penal como Oficial Judicial y posteriormente estuve transitando en todos los nombramientos conforme tenía posibilidades; me fue muy difícil conseguir una primera base y estabilidad. En algunas ocasiones estamos tan preocupados por la estabilidad que evitamos la movilidad por miedo a perder, sin embargo, también dejamos a un lado todas las ventajas que podemos obtener cuando nos arriesgamos un poco.
Posteriormente, fui Secretaria de Colegiado en materia laboral, área donde actualmente me desarrollo. Desde que egresé de la Universidad me he dedicado a estudiar, empezando mi maestría y posteriormente mi doctorado, teniendo también especialidades en materia de trabajo y cursos para seguir subiendo escalones y estar acreditada.
Me encanta mi trabajo, me apasionan los temas laborales y, aunque la ciudadanía no le tome la debida importancia, siempre vas a ser patrón o trabajador, así que esta materia es de importancia para todos y siempre será parte de nuestras vidas.
¿Cómo fue su experiencia en la Universidad?
Recuerdo en particular una experiencia de la que aprendí mucho: A mitad de la carrera, los alumnos de la Escuela de Derecho, quienes éramos muy unidos, decidimos organizar el Primer Congreso de Derecho de la Universidad, decisión totalmente retadora e impresionante pues cuando nos acercamos a nuestros directivos para exponer nuestra propuesta, les causó extrañeza en razón a que era el primer evento que involucraría a las mejores escuelas de Veracruz y a los mejores juristas de México; al constatar nuestro entusiasmo, accedieron y nos apoyaron. Fue así como en octubre del 2003 llevamos a cabo el primer Congreso “Medios de Control Institucional: la llave para un Estado democrático“, contando con la presencia de 8 Universidades. Fue algo increíble, porque nosotros ni pensábamos que lo íbamos a lograr.
Participó el ministro Humberto Román Palacios, la ministra Olga Sánchez Cordero e inclusive ya nos había confirmado el Dr. Ignacio Burgoa, sólo que por cuestiones de salud no pudo acompañarnos. Recuerdo muy bien que nadie nos creía que ya nos había confirmado, porque es un gran referente en la materia y fue una grata experiencia que él aceptara.
Aunque tuvimos el apoyo de la Universidad Anáhuac Veracruz y cada dos o tres semanas nos reuníamos con la dirección para ver avances, fue un evento que organizamos completamente solos y asumiendo roles con mucho profesionalismo, pues teníamos 19 años y ya estábamos enfrentándonos a problemas de logística, de presupuesto, transporte de los ponentes, etc. Fue una gran experiencia y todavía conservo fotografías, posters y recortes de revista en los que se mencionaba el congreso.
Con los retos a los que nos enfrentamos en esta experiencia del Congreso, aprendimos que hay cosas que no pueden estar en nuestro control y simplemente hay cuestiones que, aunque creemos que todo saldrá perfecto, siempre hay algo que se sale de lo previsto. Aunque nos exigimos mucho, debemos de estar conscientes de que no todo va a salir siempre como lo esperamos y debemos aprender que entre más soltamos, más fácil es poder avanzar.
¿Qué retos enfrenta el sector y cómo piensa superarlos?
Considero que es la capacitación. Hace un año arrancamos con el nuevo Sistema de Justicia Laboral en México, por lo que el tema de la capacitación para poder llegar a todos y a todas las personas, nos está costando trabajo. En el estado de Tlaxcala, donde resido y ejerzo, el Tribunal se está preparando arduamente con cursos de capacitación, para que todos vean lo que es el derecho laboral desde sus principios básicos. Probablemente muchos no están empapados de este tema y ese es el reto que yo considero en los Poderes Judiciales de los Estados, para la implementación de la reforma en materia de Justicia Laboral.
¿Cómo fue que decidió estudiar en la Universidad?
Yo vivía en Sinaloa y por el trabajo de mi papá, tuvimos que mudarnos a la Ciudad de Xalapa. En ese momento la Anáhuac ya tenía todo ese prestigio y contaba con grandes maestros y yo creo que esa fue una de las razones para llegar a la Universidad. Vi todas las opciones que tenía en Xalapa y me convenció la Universidad Anáhuac por sus instalaciones y por la posibilidad de trabajar en sus áreas verdes.
Toda mi familia se ha dedicado al estudio del derecho y desde que tengo uso de razón, las reuniones familiares se realizaban en la mesa de centro escuchando las pláticas de derecho. Nunca me ha parecido un tema aburrido y realmente lo disfrutaba mucho, así que yo sabía que quería llegar hasta donde estoy. Cuando me dieron mi nombramiento como Jueza de Distrito, después de la toma de protesta, lo primero que hice fue ir con mi abuela y decirle que todas esas pláticas y momentos de café, ahí estaban reflejados.
¿Qué consejo compartiría con los jóvenes?
Yo sé que sonará muy trillado, pero si hacen algo que realmente les guste, jamás van a trabajar. Mientras haces lo que te apasiona te vas a dormir con eso y no es porque seas adicto al trabajo, sino porque realmente te gusta. Te lo llevas a tu vida cotidiana hasta que sabes cómo lo vas a resolver y lo disfrutas, así que hagas lo que hagas, no te pesa.
En ocasiones no siempre podemos pensar en hacer lo que realmente nos hace felices, pero puede ser también porque nos sentimos obligados por cuestiones sociales a continuar un legado familiar, o a aceptar lo que no nos gusta porque aquí se abrió una oportunidad de trabajo que “debo” tomar, sin embargo, lo importante es hacer las cosas que les gusten, que verdaderamente les apasionen.
De igual manera, les aconsejo que siempre estén actualizándose, en el derecho todo está vivo, es decir, las leyes cambian y las herramientas jurídicas cambian, lo cual te obliga a estar en constante estudio.
¿Qué habilidades adquirió en la Universidad, y sigue poniendo en práctica profesionalmente?
Destaco dos habilidades muy importantes. La primera es la escuchar activa, nos encanta hablar y no estamos muy convenidos de escuchar, en la Universidad aprendí que debemos escuchar todas las partes y realmente tener esta capacidad de entender y concientizar en lo que está diciendo la otra persona.
Asimismo, la formación integral me ha ayudado no sólo en la aplicación del derecho, sino en las relaciones humanas, que es lo más complejo, hagamos lo que hagamos, son la base de todo.
¿Qué representa para usted seguir abonando a la formación de la Comunidad Anáhuac, a través de la docencia y del Consejo Consultivo Académico de Investigación?
Fui una alumna muy bendecida, tuve maestros que nos orientaban con toda su experiencia como la Dra. Cahuas y la Dra. Ana Brisa Oropeza.
Tomando en cuenta esto, es valioso que pueda aportar a las nuevas generaciones todo lo que he podido aprender, estoy encantada de invitarlos a estudiar, invitarlos a relajarse y hacer que entiendan que la vida no es como la estamos esperando y no todo lo podemos controlar.
Reflexiono todo lo que me hubiera gustado que me dijeran al ser estudiante universitaria, y justo eso es lo que busco decirles; que entiendan que la vida se acaba muy rápido, que necesitamos disfrutar cada momento en la Universidad y cada etapa de nuestra vida.
¿Cuáles son sus planes profesionales a futuro?
Toda mi concentración en estos momentos está en el juzgado. Me estoy estrenando en este nuevo sistema y estoy enfocada en ello con todo el personal. Las capacitaciones no las podemos dejar jamás y en su momento presentaré los siguientes exámenes para los próximos escalones de la carrera Judicial. Me encanta la docencia y estar activa dando clases, porque siento que es un complemento para que mi trabajo jurisdiccional se enriquezca con la doctrina, al enseñarles lo que es la vida real.