Sigue su curso el 2022, un año que empezamos con grandes retos y expectativas, ideal para aprovechar nuevas oportunidades, especialmente aquellas que nos permiten expresar lo que sentimos y llevamos en nuestro interior. Así es como llegó el mes de febrero, inigualable ocasión para valorar el amor y la amistad de cada una de las personas que nos rodean y que hacen de este lugar, un espacio maravilloso donde convergen una gran cantidad de situaciones y sueños que nos invitan a valorar cada una de las vivencias que se acumulan con el paso del tiempo.
Así es como el pasado mes de febrero nos recordó invariablemente el valor de la cercanía de los seres queridos, especialmente en estos tiempos donde la el distanciamiento social sigue estando presente y donde el deseo acumulado de acercarse y dar muestras de cariño elementales, como estrechar la mano a un amigo o dar un abrazo que interrumpa la respiración, se han tenido que aplazar durante mucho tiempo; sin embargo, no hay mal que dure cien años, dice un conocido refrán, y parece que tenemos una luz de esperanza al final del túnel.
Así es como nos encontró el Día del Amor y la Amistad, viviendo años difíciles. Más lo importante, es que tuvimos el pretexto de un día más, donde la Comunidad Universitaria expresó muestras de cariño a cada una de esas personas que hacen nuestra vida más placentera. Vivimos un 14 de febrero lleno del entusiasmo característico de los jóvenes que convierten cada lugar donde se reúnen, en un espacio para llevar el calor de un corazón y una mirada que trasciende y acorta las distancias, que puede transitar sin pedir permiso y que rompe cualquier barrera.
Así se vive un día especial de amor en la Anáhuac: con los ojos de la fe del Grupo GAUDIUM, que nos invita a ser siempre agradecidos con el “amor de los amores”. Con el aroma de las rosas rojas que los jóvenes de ADEFA llevaron para servir de mensajeros entre los enamorados, las sonrisas explosivas de los alumnos de INGENIA, con los víveres captados por ASUA, que nos recuerda que siempre es mejor dar que recibir y los inolvidables corazones plasmados en una imagen para el recuerdo del stand de VÉRTICE y FESAL. Todo amenizado por la música y baile de las compañías artísticas de nuestra Universidad que, junto con el talento de los jóvenes actores de nuestro taller de teatro, arrancaron suspiros y risas.
El entusiasmo de los grupos estudiantiles quedó patente en cada una de las actividades organizadas para pasar un día lleno de mucho amor. Los globos, rosas, baile, música y muchas sonrisas quedaron expresadas en los rostros de nuestra Comunidad Universitaria que abraza la vida y nos recuerda que la soledad es mejor cuando la compartimos con una buena compañía.