Con esperanza renovada se inició la Cuaresma 2019, un testimonio de fe se vivió en la celebración de imposición de ceniza que marcó el comienzo de esta etapa de penitencia que nos recuerda que somos personas imperfectas, con debilidades, pero que, con su gran amor, Cristo nos dice que no sufrió por los justos, sino por los pecadores.
Dios, en su misericordia no rechaza a quien se reconoce débil, necesitado, pecador, pequeño o limitado. Dios nos ofrece una oportunidad inmejorable de sanar nuestras heridas, no te dejes vencer por el miedo o la vergüenza; recuerda: Dios, quien no se deja ganar en generosidad, nos ayuda a renovarnos por dentro. Él es el único que nos puede sacar de la oscuridad y ofrecernos un camino de luz que nos lleva a su corazón y a través de sus ojos, mirar un mundo con más bondad, tan necesaria en nuestros tiempos.